Cuando una empresa o persona no tiene suficientes fondos para financiar sus proyectos se buscan alternativas para reducir costos o alcanzar la meta requerida para terminar su idea. Uno de estos métodos, y el más común (aunque arriesgado) es el crowdfunding. Este es un método de financiación bastante particular, puesto que consiste en que personas ajenas a un sistema convencional de inversión o similar donen y aporten dinero para así llegar a la meta requerida para terminar de crear el proyecto. Esta idea ha estado desde los 90, sin embargo, se ha popularizado gracias a las redes sociales.

¿Porqué puede ser arriesgado? Bueno, porque a día de hoy no existe una garantía real de que aquel proyecto que financiaste sea utilizado para el fin para el que dicen que será usado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los inversionistas usualmente obtienen una ganancia de la empresa o producto al que hayan ayudado, desde el producto en cuestión hasta una ganancia monetaria de la empresa.

El crowdfunding inmobiliario surge de esta misma idea, una empresa establece un monto específico como meta para financiar su proyecto inmobiliario para después recaudar donaciones de varios inversionistas. Una vez se llegue al monto establecido como meta, el proyecto comienza a desarrollarse, para al final repartir de manera proporcional la aportación de cada inversionista. Sin embargo, esto no significa que tengas algún tipo de propiedad sobre el inmueble. A diferencia del método de compra-venta y crowdfunding tradicional, al ser muchos inversores, no adquieres ningún tipo de autoría o propiedad sobre el inmueble, si no que solo recibirás ganancias que se generen, ya que el proyecto como tal pertenece a la inmobiliaria que desarrolló el proyecto.

¿Qué tiene de especial este método?

Pues, primeramente, esta modalidad se hace de manera completamente virtual, es decir, los inversionistas usan plataformas en línea para aportar su financiación a los proyectos, asegurando que su dinero sea utilizado de la manera correcta. En caso de que no se alcance la meta establecida, el dinero se regresa de manera automática a los inversionistas, o bien, se les da la opción de poder invertirlo en otro proyecto.

Además de esto, no es necesario tener un gran capital para invertir, debido a que la meta se divide entre muchas personas, el monto mínimo es muy bajo, habiendo plataformas que te dejan invertir con tan solo mil pesos mexicanos. Aunque, a pesar de esto, el plazo de retorno de tus ganancias puede llegar a ser muy largo, esto debido a que los proyectos inmobiliarios suelen tomar mucho tiempo en terminar de desarrollarse, ya sea por los procesos legales o por el tiempo que toma en desarrollar como tal el proyecto. Esto significa que tampoco podrás retirar lo invertido antes del plazo que fue establecido como meta.

Si decides animarte, te invitamos a aprender primero sobre lo esencial a la hora de invertir, los varios términos y conceptos que estos conllevan y conseguir asesoría especializada. La asesoría te ayudará a definir tu perfil como inversionista para el futuro, además de que recomendará y ayudará a encontrar las mejores oportunidades para invertir en base a tu presupuesto y el nivel de riesgo que puede conllevar. Además, te recomendamos encarecidamente informarte con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en México, puesto que ellos son quienes regulan y autorizan las plataformas de crowdfunding a nivel nacional, además de que son quienes protegen tu dinero.

Te invitamos a mantenerte atento a nuestro blog para más notas como esta, si necesitas asesoría especializada, contáctanos y un asesor te apoyará tan pronto como sea posible.